Un santuario nuevo para los delfines de Barcelona

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, debe tomar una decisión que puede convertirse en un hito en la historia de los cetáceos en cautividad. El delfinario del zoo barcelonés, que depende del Ayuntamiento, ya no cumple con los requisitos: o gastan 15 millones de euros en ampliar las instalaciones o las cierran definitivamente buscando una nueva ubicación para sus seis delfines. Ahora se abre una nueva opción que puede facilitar la decisión a Colau: la creación de un santuario marino para delfines en una isla griega que podría acoger a los animales dentro de unos meses.



La isla griega de Lipsi acogerá este santuario, que es como se denomina a estos lugares en entornos naturales, en el mar, en los que los delfines estarían en régimen de semilibertad: no es una piscina cerrada y podrán interactuar con un medio natural, entre otras plantas y criaturas marinas. En concreto, se trata de una cala de unos 350 metros de largo que se cerraría por uno de los extremos con una red de seguridad para mantener protegidos a los animales. Los delfines nacidos en cautividad no sabrían sobrevivir solos en mar abierto, por lo que se estarán cuidados y alimentados por especialistas, veterinarios y estudiantes.Si Barcelona decidiera enviar allí sus delfines sería una gran victoria para el movimiento que defiende que estos cetáceos inteligentes no vivan encerrados en piscinas. Hasta el momento, solo había un proyecto firme de santuario en el mundo: el Acuario Nacional de EE UU anunció hace tres meses que mandará a sus ocho delfines a un refugio que estaría listo en 2020.
El proyecto lo ha puesto en marcha la organización griega Archipelagos, que se dedica al estudio y conservación del medio marino, y ya cuenta con los permisos del consistorio local, según explican desde FAADA (Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales). "El alcalde está entusiasmado con la idea, cree que es algo bueno para su isla, para animar al turismo", explica Míriam Martínez, veterinaria de FAADA, que acaba de regresar de visitar las obras de este proyecto para darle el visto bueno de su organización. Pocos kilómetros al norte de Lipsi se encuentra la isla de Samos, junto a la costa turca, donde todavía se sigue dando cobijo a un millar de refugiados sirios.


Este proyecto se enmarca dentro de una campaña organizada en Barcelona, denominada #AdéuDelfinari, ideada para lograr que el consistorio cierre las instalaciones que albergan a los delfines. En el contexto actual, si Colau decide mandar los delfines al santuario sería un cambio de tendencia especialmente notable en España, potencia mundial en delfinarios. Más de la mitad de los delfines de Europa están en manos de empresas españolas y en la actualidad está a punto de abrirse en Lanzarote el duodécimo delfinario del país. Recientemente, el zoo de Barcelona decidió que sus delfines no harían más espectáculos para entretener al público.La intención de FAADA, después de ver el santuario, es presentarle en breve la idea a Colau. El Ayuntamiento creó una comisión específica para diseñar un nuevo modelo de zoo y planteó una reunión extraordinaria para tratar el tema del delfinario para este mes de septiembre. "Si se consiga toda la financiación, el santuario estaría listo para recibir a los delfines el año que viene", asegura Martínez, que cifra en menos de medio millón de euros el coste de terminar las instalaciones del santuario, que hasta ahora se ha financiado con aportaciones privadas. El consistorio barcelonés tenía planeado gastar 15 millones en ampliar su delfinario hasta que el equipo de Colau paró el proyecto.

Comentarios