La polémica parece acercarse a su fin. Desde hace dos años, los espectáculos con delfines estaban prohibidos en el Zoo de Barcelona. Tras la medida, muchos eran los proyectos alrededor de la instalación, pero los animales tenían un futuro incierto. Hasta hoy.
Leia y Kuni, dons delfines mulares que han sido trasladados al Oceanográfico de Valencia (Ajuntament de Barcelona) |
Los animales han sido trasladados en régimen de préstamo de cría. Pese a no estar en las instalaciones, ambos animales siguen formando, administrativamente hablando, parte de los animales del zoo catalán, ya que con el convenio con el Oceanográfico se hace una cesión temporal por diez años. Cuidadores del Zoo de Barcelona estarán presentes en Valencia para acompañar a los animales en su proceso de adaptación al nuevo grupo.
El Oceanográfico es un centro equipado con cinco piscinas que contienen veintitrés seis millones de litros de agua. La principal tiene una profundidad máxima de once metros. Las características del nuevo espacio facilitarán las integraciones de Leia y Kuni.
El delfinario de la capital catalana no quedará vacío. Pese al traslado, en las instalaciones aún quedan una hembra y tres machos. Se trata de delfines mulares, una de las especies más frecuentes en las zonas costeras mediterráneas, pero amenazada en su medio natural y catalogada como especie vulnerable en la región Mediterránea, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) .
El traslado se enmarca en el debate sobre el futuro del Zoo que ha establecido el gobierno recomendado por Ada Colau. Para el consistorio este es un objetivo “prioritario” dentro de las políticas de protección de los animales y tiene el objetivo de definir e implantar un nuevo modelo de parque zoológico, adaptado a las necesidades actuales de la ciudadanía y basado en el máximo bienestar de los animales, potenciando la función pedagógica y educativa que, según el Ayuntamiento, deben tener estos espacios.
Tras la supresión de los espectáculos en 2014, los cetáceos se muestran al público como el resto de especies animales. En la etapa del anterior alcalde, Xavier Trias, el Ayuntamiento apostó por levantar un nuevo delfinario, con la finalidad de adaptar la instalación a las exigencias legales y hacerla compatible con el bienestar animal. Pero cuando llegó el nuevo equipo de gobierno de Ada Colau, se frenó ese proyecto.
Las instalaciones deberían adaptarse a las normas de Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos antes del 2018, en el hipotético caso de que se aborde su reforma, para no ser declarado ilegal. Los principales cambios que deberían introducirse afectan al número de piscinas y a la profundidad del agua de éstas.
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