Mucha de la vida salvaje de la Bahía de Guanabara, alrededor de la cual bordea la ciudad de Río de Janeiro, ha sido erradicada por los residuos industriales que se vierten en la zona día tras día.
Bolsas de plástico, latas de refrescos, preservativos, botellas de vidrio o electrodomésticos estropeados, son objetos con los que tienen que convivir cientos de especies marinas en esta zona de la próxima capital olímpica. ¿De las más afectadas? Los delfines, que debido a los residuos tóxicos podrían desaparecer de la bahía en cuestión de pocos años.
Los delfines que habitan en estas aguas, no sólo son los animales marítimos más contaminados de Río, sino también del mundo. La principal causa de su contaminación son residuos de origen industrial, que, además, están prohibidos en Brasil.
Debido a ello, la especie de delfín que habita estas aguas se encuentra en peligro de extinción. Sólo en 40 años, se han reducido en más de un número próximo a 700 ejemplares que viven en la zona, quedando, a día de hoy, a penas 30 o 40 de estos mamíferos.
El hecho de que la Bahía de Guanabara se convirtiera en un punto de estacionamiento fijo para los barcos, es de las principales causas del problema. En los últimos años más de 90 embarcaciones se han anclado en la zona, generando una contaminación plena, no sólo marítima, sino también acústica, que también afecta a los peces y demás mamíferos marinos.
A este problema se suman los Juegos Olímpicos que albergará la ciudad en pocos días. En concreto, la Bahía de Guanabara servirá de escenario para las competiciones de vela, por lo que los atletas también estarán en riesgo ante la excesiva contaminación de las aguas de Río.
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