Algunos creen que a los delfines se les debería llamar “personas no humanas”. Estas criaturas marinas que parecen estar siempre sonriendo y que son capaces de mirarnos con una ternura que nos traspasa e impresiona, como si hubiera algo mágico y particular en esos seres únicos que gustan de seguir a las embarcaciones y que, diariamente, protagonizan tantas y tantas historias que tanto nos impresionan: los delfines salvan personas, piden ayuda a los marineros o submarinistas, nos recuerdan, interactúan con nosotros… ¿De verdad son tan inteligentes?
Partimos de la base que el cerebro del delfín es el más grande en proporción a su tamaño de cualquier ser vivo. A partir de esta valiosa información continuamos...
Los científicos suelen afirmar que son los animales más inteligentes que existen (después del ser humano), sus capacidades y habilidades recuerdan en ocasiones a los personas: su modo de comunicarse por ejemplo dispone de una complejidad tan asombrosa que ha resultado más eficiente que la que pueda tener cualquier especie de primates, sus cerebros presentan una potencialidad donde cada área está tan especificada como la de los seres humanos, disponen de una gran memoria y se comunican con sus congéneres de un modo tan abierto y complejo a la vez, donde parecen estar presentes incluso las emociones.
Según Diana Reiss, catedrática de Psicología en el Hunter College de Nueva York, los delfines pueden incluso reconocerse en un espejo e inspeccionar distintas partes de su propio cuerpo, una capacidad hasta el momento solo presente en humanos y primates.
Son capaces además de reconocer símbolos, de resolver problemas de cierta complejidad y son capaces de trabajar en grupo para realizar expediciones o resolver algún tipo de objetivo comunicándose entre ellos.
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